Por: Diego Feria Gómez
El suceso del pasado viernes 31 de agosto del 2007, en el que varios peatones, conductores y pasajeros se vieron atrapados por corrientes rápidas que bajaban por las carreras 43, 44, 45 y 46, pone de manifiesto la necesidad de crear un sistema de alerta temprana que informe a la población con suficiente anticipación la presencia de una inundación súbita. De acuerdo con el relato de varios testigos, las personas quedaron atrapadas por los arroyos de manera repentina, no por actos de imprudencia.